El proyecto Comenius vuelve a ser aprobado en el colegio Francisco Giner de los Ríos. Se trata del segundo año en el que el colegio participa en este programa educativo europeo para la cooperación y movilidad entre los sistemas educativos de los diferentes países.
El objetivo de dicho proyecto es reforzar la dimensión europea en el campo de la educación primaria promoviendo la movilidad y colaboración entre centros educativos. Pero no se trata sólo de un proyecto, sino de una gran experiencia que resulta muy enriquecedora a nivel personal. En el tiempo que he podido asistir al colegio para ver de cerca esta convivencia he apreciado que este contacto nos da la oportunidad de romper esa barrera que nos separa de los otros países y ampliar nuestros conocimientos de otros sistemas educativos que nos pueden aportar grandes beneficios.
También ha supuesto un fomento del «inglés» para los niños ya que han tenido que emplear más dicho idioma durante la visita de nuestros amigos escoceses y finlandeses.
En lo que respecta a la convivencia en el colegio no he podido ver en persona cómo ha sido el contacto día a día, pero si que he contrastado información y he preguntado a varios profesores del centro. Uno de los tutores me comentó que su línea a seguir durante la visita de sus «amigos de Comenius» era la siguiente:
«Yo cada día les invito a presenciar mis clases, a que vean mi modo de trabajo, el contacto con los niños, mis normas de comportamiento…», entre otras cosas. También recuerda que una de las cosas que más impactó a los finlandeses era que los niños entraban en el colegio con los zapatos puestos. El director del colegio de Joensuu (Finlandia) le explicó que allí los niños van descalzos para no meter arena ni nieve en el colegio.
El director profundizó en el sistema educativo finlandés y le comentó también a este tutor que allí los niños tienen clases con una duración de tres cuartos de hora y entre clase y clase, recreos de 15 minutos. Esto se debe a que los niños cuando son más pequeños y se les dan clases con una duración excesiva acaban perdiendo la capacidad de atención y no resulta efectivo para su aprendizaje.
En otra ocasión, tuve la oportunidad de hablar con otra tutora que me comentó algunos detalles del trato que tuvo con el director de Escocia durante su estancia en el colegio. La línea a seguir por esta profesora era básicamente la misma, «una demostración en vivo y en directo de la educación española«.
El director escocés le habló largo y tendido del sistema educativo en Escocia, ya que se trata de un país con una larga tradición de una educación de alta calidad. Una de las cosas que más le sorprendió a la profesora, es que los niños escoceses acuden a la escuela hasta los catorce o dieciséis años, edad en la que deciden si continuar con su formación o no y además, que todas las escuelas son parroquiales.
Pero no todo es «lo que me han contado», yo también asistí a algunas de las actividades que el colegio Francisco Giner de los Ríos llevó a cabo junto con los otros dos colectivos de estudiantes. Entre estas actividades se encuentran las visitas que se hicieron al Teatro Romano de Mérida durante los ensayos de la obra de teatro representada posteriormente por los niños del colegio, visitas al Museo de Arte Romano y también hubo una tarde especial dedicada al folclore extremeño y los bailes típicos de cada país.
FUENTES
Texto: propio.
Imágenes: propias, subidas a mi cuenta de Flickr
Vídeo: propio, subido a mi canal de Youtube. Usuario Raquel Nieto Muriel